Es normal que quieras tener un mejor aislamiento térmico de tu vivienda tanto para que no se escape el calor en invierno como el frío en verano, pero seguro que en muchas ocasiones un enorme temor se forma en tu cabeza: requiere obras.
Gente en casa de forma constante, ruidos molestos a diario, adiós a la tranquilidad… son infinidad de variables que evidentemente pueden echar para atrás. ¿Sabías que puedes lograr un aislamiento térmico en paredes interiores sin realizar obras?
Si esto te sorprende, siéntate y toma nota, ya que aquí te vas a encontrar formas de instalar aislamiento térmico sin grandes reformas para mantener el calor y, sobre todo, ahorrar energía.
¿Es posible el aislamiento térmico en paredes interiores sin obra?
Como ya te hemos comentado, no es ninguna misión imposible aislar térmicamente una habitación sin necesidad de grandes obras o reformas.
Además, son soluciones muy eficientes y prácticas, aptas para todo tipo de bolsillos y necesidades, que no requieren demolición, ni construcción y son ideales para los que buscan minimizar molestias o trabajan con propiedades en alquiler.
¿Cómo aislar una pared sin obras de construcción?
Y ahora toca dar respuesta a la pregunta del millón: ¿Qué opciones tienes a mano para instalar un aislamiento térmico en paredes interiores sin obra? Pues, aunque no lo creas, tienes varios métodos a tu alcance que, evidentemente, dependen de tu presupuesto o tus necesidades.
En general tienes dos opciones a tu alcance: aquellas que buscan aislamiento por el interior y aquellas que buscan el aislamiento por el exterior.
En el primer grupo tienes la opción de instalar placas aislantes, que se fijan a las paredes mediante adhesivos o sistemas de anclaje, mientras que en el segundo grupo tienes a tu alcance el sistema SATE, que consiste en aplicar un revestimiento exterior compuesto por paneles aislantes y un acabado decorativo.
También tienes a mano opciones como pinturas térmicas que, aunque su capacidad aislante es limitada, puede ayudar a reducir ligeramente las pérdidas de calor, o cortinas térmicas, que son una opción ideal si buscas instalación simple y económica.
Más allá de esto, debes tener en cuenta varios factores a considerar al elegir el método de aislamiento térmico como el tipo de pared, el espacio disponible, el presupuesto y que el sistema de aislamiento elegido sea adecuado para las condiciones de humedad de la vivienda.
¿Qué técnicas son mejores?
Una vez aquí, lo más probable es que te estés preguntando cuál es el método más eficiente y recomendado para tu vivienda.
Como ya te hemos comentado, depende de tus necesidades específicas y del presupuesto que tienes en mente destinar, pero sí que es cierto que hay una técnica que está entre las mejores.
Técnica de insuflado
La técnica de insuflado es una solución muy eficaz para lograr aislamiento térmico en paredes interiores sin obra.
¿En qué consiste? Simple: lo que hace es llenar las cámaras de aire dentro de las paredes con materiales aislantes usando un proceso de inyección.
Se trata de un método rapidísimo, que puedes completar en un día o incluso menos, mejora significativamente el aislamiento térmico y acústico, es muy económico y además es ecológico, ya que usa materiales como celulosa, lana mineral o espuma de poliuretano, por poner algunos ejemplos.
Lo único que debes tener en cuenta es que necesitas una pared con cámara de aire para poder usar esta técnica y que, dependiendo del espesor de la cámara, el efecto aislante puede ser menor
Otros métodos de aislamiento térmico
Como podrás imaginar, además de la técnica de insuflado, tienes otras opciones a mano, tanto para paredes exteriores como interiores y su uso dependerá del tipo de construcción, presupuesto y necesidades. Aquí tienes algunas alternativas:
- Paneles aislantes prefabricados: se fijan a pared con adhesivos o sistemas de montaje y son muy económicos y fáciles de instalar. Su única pega es que reducen ligeramente el espacio interior.
- Pinturas térmicas: ideal para soluciones rápidas y económicas, pero con la pega de que su eficiencia es bastante limitada en comparación con el resto.
- Papel tapiz térmico: muy parecido a las pinturas térmicas. Fácil de instalar y con mejora térmica y estética inmediata. Eso sí, ofrece un aislamiento discreto.
- SATE: paneles aislantes en la fachada que ofrece un excelente aislamiento térmico y acústico. ¿Sus pegas? Puede ser caro y necesitas permisos municipales.
- Alfombras térmicas: solución económica pero aislamiento básico.
- Cristales dobles o triples: reduce pérdidas de calor en ventanas, pero tiene un coste inicial alto.
Y con esto ya puedes considerarte un auténtico experto en la materia y sabrás a la perfección instalar aislamiento térmico en paredes interiores sin obra.
Ahora bien, aunque es bastante más económico y no supone ningún impacto fuerte en tu bolsillo, si ocurre algún imprevisto que ponga en peligro tu vivienda o esa instalación que has puesto en marcha, no te va a sentar nada bien.
¿Qué hacer en estos casos? Simple: apostar por un buen seguro de hogar.
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