Llega un momento en la vida de toda casa en la que toca afrontar una pequeña reforma o cuidar algo los materiales para que así puedan tener una segunda vida. En esta ocasión toca coger las herramientas y aprender cómo rellenar las juntas de los azulejos.
Desde el simple trabajo manual paso a paso o las señales de que necesitas ponerte manos a la obra, hasta cuáles son las herramientas que tienes que tener a tu alcance o los materiales necesarios para pasar a la acción.
¿Preparado? Vamos allá.
¿Cada cuánto hace falta renovar las juntas de los azulejos?
Lo primero y más importante es saber cuándo tienes que ponerte manos a la obra. No vaya a ser que te pongas antes de tiempo y realmente hayas perdido unos años de vida de los azulejos actuales.
Entonces, ¿Cuándo toca hacerlo? En general toca renovar dependiendo de varios factores, como el tipo de junta, la calidad del material utilizado y la exposición al desgaste.
Para ponértelo más fácil, las juntas en áreas húmedas, como la ducha o el baño, deben cambiarse cada 3 a 5 años, mientras que las juntas en áreas secas, como las de la cocina, el tiempo se extiende y da más tregua, ya que hay que rellenar las juntas de los azulejos cada 5 a 10 años.
Un punto extra a tener en cuenta: hay varios factores que aceleran el deterioro, como una mala instalación, una limpieza agresiva o un sellado deficiente. ¿Cómo darte cuenta de que toca hacerlo antes de tiempo? Fácil: hay grietas visibles, manchas persistentes o pérdida de impermeabilidad que provoca que se filtre agua a través de los azulejos.
Lo mejor en este sentido es que inspecciones regularmente las juntas cada cierto tiempo y limpiarlas con productos adecuados para así tratar de prolongar su vida útil y evitar renovaciones frecuentes.
Herramientas y materiales para rellenar juntas
Sabiendo ya el tiempo estimado de reparación, toca saber cuáles son las herramientas clave para saber cómo rellenar las juntas de los azulejos fácilmente. Un pequeño listado para que lo veas a simple vista es lo mejor en estos casos:
- Espátula para retirar juntas antiguas o restos.
- Cepillo de alambre para eliminar polvo y residuos.
- Esponja húmeda para limpiar las superficies
- Paño seco para quitar cualquier desperfecto antes de rellenar.
- Aplicador de juntas para extender el material de manera uniforme.
- Mango aplicador de silicona para clavar las esquinas
- Cinta de pintor para proteger los bordes si estás perfilando una zona difícil.
Con las herramientas ya en mano, toca hacer lo mismo con las herramientas: cemento para juntas, sellador para juntas, silicona o masilla para juntas y agua limpia para mezclar la lechada o limpiar los residuos durante el proceso.
Rellenar las juntas paso a paso
Y, por fin, con el tiempo estimado, las herramientas y materiales a mano, toca ponerse manos a la obra y aprender cómo sellar las juntas de los azulejos. Es bastante sencillo, pero para hacértelo más aun vamos con una pequeña guía.
Preparar la superficie de azulejos
El primer paso es eliminar cualquier tipo de suciedad, grasa o residuos que haya en las juntas con un cepillo duro para dejarlo impoluto. A continuación, coge espátula para retirar el material antiguo si lo ves necesario y, por último, limpia el polvo con un paño o un aspirador que quede dentro de las ranuras.
Lo segundo que tienes que afrontar es proteger los bordes con cinta de pintor para cubrir las áreas que no quieres manchar o no estropear algo cercano si estás perfilando una zona complicada.
Por último, toca preparar el material siguiendo las instrucciones del fabricante para así obtener la proporción perfecta de agua y lechada. ¿Cómo saber que lo tienes listo? Fácil: debes obtener una mezcla consistente, homogénea y sin grumos que tiene el aspecto de una pasta espesa.
Aplicar la masilla de juntas
Con todo preparado, toca extender el material por la superficie con una llana de goma o un aplicador de juntas para así presionar la masilla dentro de las ranuras. Consejo express: trabaja en ángulos de 45º para no dejar ningún hueco.
Ahora toca perfilar las juntas con un perfilador, valga la redundancia, o incluso tu dedo húmedo con guantes para así darles un acabado uniforme y homogéneo.
Retirar el exceso y limpiar
Una vez creas que tu trabajo es satisfactorio, pasa el aplicador en un ángulo más vertical y así eliminar el exceso de material de la superficie de los azulejos y justo después usa una esponja húmeda, bien escurrida, para retirar todavía más exceso. ¿Lo mejor? Usar movimientos circulares para arrastrar el material fuera de las juntas.
Cuando termines y estés satisfecho, deja que la lechada se asiente durante el tiempo que indica el fabricante. Habitualmente unos 10 a 20 minutos.
Por último, aunque de manera opcional, puedes aplicar un sellador cuando todo esté seco, unas 24 a 48 horas, para así protegerlas de la humedad y moho con un pincel fino o un aplicador específico y luego deja secar siguiendo las instrucciones del fabricante para terminar el trabajo.
Y, con esto, ya sabrás perfectamente cómo rellenar las juntas de los azulejos y tener la casa perfectamente adecentada y preparada para lo que venga.
Evidentemente, si te has puesto con ello y has terminado el trabajo, no querrás que ocurra ninguna desgracia que pueda acabar con tu hazaña. Es algo que puede provocar que no estés tranquilo por lo que pueda suceder.
¿Qué hacer en estos casos? Fácil: apostar por un buen seguro de hogar.
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