Tener una baldosa rota en casa no solo es antiestético y rompe la armonía de tu casa, sino que también puede ser un riesgo para tu seguridad y, si lo mantienes así durante un buen tiempo, puede expandirse el daño.
Con tal de echarte un cable, aquí te vas a encontrar como cambiar una baldosa rota del suelo paso a paso, así como los materiales y herramientas necesarios y cómo prevenir que te vuelva a ocurrir.
¿Por qué es importante reemplazar una baldosa rota?
Como ya te hemos comentado, es importante reemplazar una baldosa rota tanto por tu propia seguridad como para prevenir daños futuros, pero hay mucho más.
- Estética: no cabe duda. Un roto en el suelo hace que el espacio luzca descuidado, por lo que mantener el área en buen estado mejora la estética del lugar.
- Evitar daños mayores: si hay una grieta, es probable que se pueda filtrar agua o humedad a las capas inferiores, algo que puede provocar la aparición de moho o dañar la estructura del suelo, algo que podría aumentar los costos de reparación en el futuro.
- Facilidad de limpieza: las grietas son una zona difícil de limpiar y se acumula polvo, residuos y suciedad. Si tienes las baldosas perfectas, te será más sencillo limpiar.
Materiales y herramientas necesarios
Cuando quieras ponerte manos a la obra para cambiar una baldosa rota del suelo, hay varias cosas que debes reunir para ello.
En cuanto a materiales, necesitarás una baldosa nueva, evidentemente, adhesivo especializado para la instalación, espaciadores para alinear la baldosa de manera precisa y agua para limpiar todo después del proceso.
En cuanto a las herramientas, es bueno que tengas a mano cincel y martillo para retirar la baldosa rota, espátula para aplicar el adhesivo, cortadora de baldosas en caso de que necesites ajustar el tamaño de la pieza y una esponja húmeda para limpiar el exceso de adhesivo.
Pasos para cambiar una baldosa rota
Con el equipo en la mano, ahora toca aprender cómo cambiar la baldosa rota del suelo paso a paso. Es un proceso simple que puedes hacer si tienes un poco de maña, pero si dudas lo mejor es que lo dejes en manos de profesionales.
Eso sí, si te atreves y te ves con ganas, aquí tienes el método resumido.
Paso 1: Retirar la baldosa dañada
Primero tienes que romper la baldosa con el martillo y el cincel desde dentro hacia afuera para evitar dañas las baldosas que están cerca. Después tienes que retirar todos los trozos con cuidado, tanto para no hacerte daño, como para evitar algún daño a la zona de los alrededores.
Por último, es importante que uses la espátula para raspar el adhesivo o cemento anterior y asegúrate de que la superficie esté completamente lisa para la nueva instalación.
Paso 2: Preparar la superficie
Este paso es fundamental para que no haya problemas futuros.
Primero es limpiar el área donde vas a colocar la baldosa, tanto de polvo, escombros o restos de adhesivo. Lo mejor aquí es usar un trapo húmedo para limpiar y dejarlo seco para aplicar el nuevo adhesivo.
Ahora tienes que extender y aplicar el adhesivo sobre el área concreta siguiendo los pasos recomendados por el fabricante. Eso sí, asegúrate de cubrir toda la superficie donde se colocará la nueva baldosa.
Paso 3: Colocar la nueva baldosa
Ahora tienes que colocar la baldosa sobre el adhesivo presionando fuerte y dejar que seque durante al menos 24 horas para que se quede fija. Siempre puedes poner algo de peso sobre la baldosa, sin pasarte, para que se pegue bien con el adhesivo y no se generen espacios innecesarios.
Paso 4: Rellenar las juntas
Lo último que tienes que hacer es rellenar las juntas con más adhesivo para que no queden espacio y luego limpiar el exceso con una esponja húmeda para que no se genere ningún desnivel.
Ahora toca dejarlo secar durante unas 24 a 48 horas y después hacer una limpieza final con un paño húmedo para eliminar cualquier residuo. Como elemento final también puedes aplicar un sellador si la zona es propensa a la humedad para proteger las juntas y evitar la penetración de agua.
Consejos para evitar futuras roturas de baldosas
Cuando ya hayas reparado la baldosa, lo más seguro es que no quieras que vuelva a romperse, lógicamente, así que ojo a estos consejos para prolongar su vida útil y evitar daños:
- Mantenimiento regular: es bueno que limpies cada cierto tiempo las baldosas, evitando usar productos químicos que puedan debilitar las juntas o dañar las juntas. Además, revisa con regularidad las juntas para ver si hay desgastes y así actuar en consecuencia.
- Evita cargas pesadas: las baldosas son resistentes, pero pueden romperse si reciben un golpe fuerte o sostienen demasiado peso. Por tanto, coloca protectores o alfombras en zonas donde se suelen producir impactos y asegúrate de que el peso está bien distribuido.
- Control de humedad y temperatura: en zonas como baños o cocinas, las baldosas están expuestas a la humedad, por lo que debes asegurarte de que las juntas están bien selladas para evitar la filtración. Además, es bueno que tengas cuidado con las baldosas que no están pensadas para resistir cambios de temperatura, ya que pueden generarse grietas.
Más allá de esto, lo que hay que tener siempre es cuidado y cabeza para que nada de esto se rompa, pero de ser así, lo mejor es estar protegido ante cualquier problema.
¿Cómo? Fácil: apostar por un buen seguro de hogar, ya que puede ayudarte a hacer frente a este tipo de imprevistos.
En este sentido, solo podemos recomendarte nuestro seguro Yoigo con la garantía de MAPFRE, que cubre este tipo de problemas y cualquier imprevisto para que puedas respirar tranquilo. Además, si eres cliente de Yoigo, obtendrás descuentos todos los meses en tu factura de teléfono.