Tener un grifo que gotea es algo francamente molesto. No solo por la pérdida de agua constante que suma dinero a pagar en tu factura mensual, sino por el incómodo sonido que produce cada pocos segundos.
En este artículo te vas a encontrar los motivos por los que gotea un grifo, los tipos que existen, los materiales, herramientas y lo todo lo que necesitas para saber cómo arreglar un grifo que gotea paso a paso.
¿Por qué gotea un grifo?
Aunque generalmente el problema puede deberse a su antigüedad o incluso al tipo de grifo, hay muchas causas que pueden provocar el goteo. Aquí las causas más comunes:
- Una mala instalación: si el grifo no se instaló correctamente en su momento, es posible que en un futuro empiece a gotear o lo esté haciendo ya.
- Corrosión: esto provoca que las partes internas del grifo no funcionen correctamente, lo que puede provocar fugas.
- Presión de agua elevada: si el agua corre más rápido de la cuenta por las tuberías, puede hacer que los componentes internos se dañen o se desgasten antes de la cuenta, lo que puede provocar goteos.
- Desgaste de las juntas y sellos: es algo natural que puede aparecer al cabo de unos años y que, como habrás imaginado, puede provocar que se filtre agua a través de ellos.
- Piezas defectuosas: si el grifo se ha instalado con piezas en mal estado, es normal que este problema aparezca tarde o temprano
Más allá de estos motivos, es posible que las válvulas o cartuchos que controlan el flujo del agua estén desgastados o dañados o incluso que el grifo tenga problemas de sellado, algo que puede causar goteos.
Tipos de grifos
Hay una enorme cantidad de tipos de grifos en el mercado que pueden utilizarse en cualquier tipo de estancia, ya sea una cocina o un baño, así como en hogares, oficinas u otros espacios.
La lista es bastante grande, pero sí que es cierto que hay algunos modelos que son los que habitualmente imperan en todas partes:
- Grifos de compresión: el más clásico. Tiene una válvula que se abre y cierra y es la responsable de controlar el flujo del agua.
- Grifos de sensor: el más moderno. No tienen ninguna manivela y funcionan por sensores de proximidad. Se activan únicamente cuando pones las manos debajo y es perfecto para baños públicos y cocinas comerciales, donde se desea minimizar el contacto.
- Grifos de cartucho: cuentan con un cartucho dentro del grifo que controla el flujo del agua. Pueden ser de una manija o de doble manija y al moverlo, controlas la temperatura y la presión del agua.
- Grifos de bola: usan una sola manija que se mueve en todas direcciones para controlar la temperatura y el flujo del agua.
- Grifos de disco cerámico: en vez de un cartucho, usan un disco cerámico para controlar el flujo y la temperatura del agua.
Estos son los tipos de grifo más habituales y todos ellos pueden ir en el lavabo o fregadero o apostar por un montaje en pared, que es ideal para un espacio más moderno y minimalista.
Herramientas
Una vez con lo básico aprendido, es posible que quieras ponerte manos a la obra y saber cómo arreglar un grifo que gotea. Es algo sencillo que no requiere de mucha pericia, pero necesitas unas cuantas herramientas a mano para llevar a cabo el proceso.
Lo primero es contar con una llave ajustable, capaz de adaptarse a diferentes tamaños de tuercas y accesorios, una llave inglesa, para aflojar y apretar tuercas y conexiones, una llave de tubo, para así acceder a tuercas o conexiones de difícil acceso y una llave de grifo, que está pensada específicamente para aflojar o apretar tuercas que sujetan el grifo al fregadero o lavabo.
Lo segundo es tener a mano un destornillador multiusos para aflojar y apretar tornillos en las diferentes partes del grifo, así como unos alicates de agarre para sostener y girar las tuberías y conexiones sin dañarlas.
Lo tercero es agenciarse una cinta de fontanero, para sellar conexiones de rosca y prevenir fugas, cortatubos, si necesitas cortar y reemplazar secciones de tubería y un cepillo de alambre o lima para limpiar las superficies antes de aplicar la cinta.
Por último, también es importante tener a mano un trapo o papel absorbente para limpiar y secar las áreas de trabajo y que así no se te desmadre la situación.
También puedes comprar un kit de reparación de grifos que incluye piezas de repuesto comunes como cartuchos, sellos, juntas o cualquier elemento necesario para reparar el grifo.
Materiales
Más allá de estas herramientas básicas, también es importante contar con algunos materiales clave para arreglar un grifo que gotea.
Lo más lógico es contar con las piezas de repuesto del grifo, pero también es importante hacer con lubricante para grifos, para facilitar un funcionamiento suave, desincrustante, limpiador de tuberías, tuberías de repuesto, las herramientas de fontanería y guantes de trabajo para proteger tus manos durante el proceso.
Arreglar paso a paso un grifo que gotea
Con toda la lección aprendida, toca dar el salto a la práctica y responder a la gran pregunta: ¿Cómo arreglar un grifo que gotea?
- Reúne los materiales y herramientas necesarios, que ya te hemos descrito anteriormente, y cierra el suministro de agua para así poder ponerte manos a la obra.
- Desmonta el grifo por completo y trata de identificar la fuente del goteo.
- Ahora, reemplaza las piezas desgastadas o dañadas, asegurándote de que la pieza de repuesto es adecuada para tu tipo de grifo.
- Limpia las piezas y aplica lubricante o grasa de fontanería para asegurar un funcionamiento suave.
- Vuelve a montar el grifo, abre el suministro de agua y ponlo a prueba.
Si todo ha salido a la perfección, ya sabrás cómo arreglar un grifo que gotea de manera efectiva. Si no es el caso, lo mejor es buscar ayuda de un profesional para una evaluación más detallada. Sí, al final toca pasar por caja. ¿Cómo evitarlo? Con un buen seguro de hogar.
Por ese motivo, lo mejor es contar con uno que pueda cubrirte en todo tipo de situaciones, como nuestro seguro de Mapfre a lo Yoigo, que puede ayudarte a tener tu casa protegida ante cualquier inconveniente.